(Del gr. κάθαρσις, purga, purificación).
1. f. Entre los antiguos griegos, purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza.
2. f. Efecto que causa la tragedia en el espectador al suscitar y purificar la compasión, el temor u horror y otras emociones.
3. f. Purificación, liberación o transformación interior suscitados por una experiencia vital profunda.
4. f. Eliminación de recuerdos que perturban la conciencia o el equilibrio nervioso.
Concepto psicoanalítico
La catarsis o purgación fue el método terapéutico utilizado por Freud hasta su sustitución por el método de la asociación libre. En París, Charcot utilizaba la hipnosis para estudiar la histeria, enfermedad mental que se expresaba en trastornos físicos (dolores, parálisis de miembros...) sin causa física aparente.
En el trance hipnótico, Charcot podía aliviar parte de los síntomas o reproducirlos en personas normales, lo que le enseñó a Freud el carácter puramente mental de la enfermedad. Cuando regresó a Viena, Freud y Breuer utilizaron la hipnosis para continuar los estudios de la histeria, investigación en la que destacó el caso de la paciente llamada "Ana O.". Mediante la hipnosis consiguieron que esta paciente rememorara supuestas experiencias traumáticas infantiles de carácter sexual, experiencias a las que atribuyeron la responsabilidad última de la enfermedad. Freud consideró que la histeria, como otras formas de neurosis, tenían como causa tres factores principales:experiencia traumática, situada en la infancia, de caracter sexual. Se supone que, por su gravedad, el paciente no fue capaz de integrar dicha experiencia de modo adecuado en su mente por lo que empleó la represión para lanzarla a la parta inconsciente de su psiquismo. Pero la represión no acaba con la vivencia reprimida, ni con su contenido representacional (el recuerdo) ni con la energía psíquica que la acompaña.
Es precisamente esta energía psíquica reprimida la que promoverá la aparición de distintos síntomas patológicos en la vida del individuo, que podrán ir desde su expresión en trastornos menores como los actos fallidos o su expresión simbólica en los sueños hasta manifestaciones más graves como las que ocurren en la somatización, los trastornos físicos. Dada esta teoría de la enfermedad mental, es claro cuál ha de ser la estrategia general para la terapia: permitir que dicha energía encuentre cauces no problemáticos para manifestarse y descargarse, este es precisamente el objetivo de la catarsis: Freud hipnotizaba a sus pacientes y les obligaba a rememorar las experiencias traumáticas reprimidas. En la sugestión hipnótica el sujeto expresaba las emociones e ideas reprimidas, con lo que conseguía descargar la energía reprimida, "purificar" su mente y corregir con ello los síntomas patológicos.
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